El 11 de enero de 2024 entró en vigencia la Ley Orgánica de Competitividad Energética. Tiene por objeto promover soluciones económicas y de generación de energía a fin de superar posibles crisis energéticas, a la vez que pone en vigencia los beneficios tributarios que te mencionaremos a continuación:
- Exoneración por 10 años de Impuesto a la Renta para nuevas inversiones en energías renovables no convencionales
Este es uno de los beneficios tributarios más llamativos. Los proyectos en energías renovables, como la energía solar fotovoltaica, tendrán este derecho desde el primer año en el que se generen ingresos atribuibles estas inversiones. - IVA 0% para sistemas de generación de energía solar fotovoltaica
El consumidor final no verá afectado su bolsillo debido a la tarifa del 0% del Impuesto al Valor Agregado que gravan los sistemas de energía solar fotovoltaica. Se amplía el ítem de “paneles solares” como bienes gravados con IVA 0%, de tal forma que incluya a “accesorios para la generación solar fotovoltaica”. - Deducción del 100% de la depreciación y amortización en sistemas de energía solar
Se deduce el 100% de forma adicional para la determinación de la base imponible para el cálculo del Impuesto a la Renta. Es importante mencionar que este beneficio será válido durante la vida útil de estos equipos.
Serán deducibles los gastos incurridos en obras para la construcción de nuevas redes e infraestructura de distribución, para abastecer la demanda de energía a los clientes comerciales y/o industriales que se encuentren aislados de la red de distribución de energía eléctrica. Deben contar con la aprobación de las empresas eléctricas distribuidoras del área de influencia.
Estas medidas no solo benefician a proyectos de gran escala, sino que también abren oportunidades para la autogeneración solar, permitiendo a empresas y particulares generar su propia energía y reducir su dependencia de la red eléctrica tradicional.
Al aprovechar los beneficios tributarios y contribuir al desarrollo sostenible del país, tanto empresas como particulares pueden no solo reducir sus costos operativos a largo plazo, sino también posicionarse como actores clave en la lucha contra el cambio climático. Con el respaldo de un marco legal propicio y la experiencia de empresas como República del Sol, la transición hacia un futuro energético más sostenible es una realidad alcanzable para Ecuador.